martes, 27 de octubre de 2009
El Último Superviviente: un ejemplo a seguir para la profesión periodística
Cierra soitu.es. Un portal que ofrecía información de calidad en Internet, accesible para todo el mundo y que, por supuesto, no era sostenible.
El periodismo de papel se hunde y el de Internet no da dinero. Nos hemos acostumbrado a que la información periodística sea gratis. Todos, incluso los propios periodistas, hemos participado alegremente en la devaluación de nuestro propio negocio.
A cambio de ahorrarnos un puto euro nos conformamos con una información sometida al 100% a las presiones de los anunciantes. Y expuesta a que, cuando los anunciantes no tengan dinero porque su negocio se ha ido a la mierda, el nuestro también se hunda. Nadie más hace eso: al chino de mi barrio no se le ocurriría darme plátanos y leche gratis a cambio de que llevasen publicidad de terceros.
Ese es el problema de la webconomía de lo gratis. Que no hay ningún otro producto o servicio que sea gratis además de la propia información y la cultura digitalizadas. Antes, los informadores cambiabamos nuestras informaciones por comida, alojamiento y demás bienes y servicios. Pero está claro que eso no va a ser posible a medio plazo, porque la comida, el alojamiento y demás bienes y servicios cotizan en euros y la información cotiza en algo que no sabemos muy bien qué es, pero que no se come. En fin. Menos mal que gracias a El Último Superviviente he aprendido todos los trucos para obtener de la propia naturaleza los nutrientes y el cobijo que la economía capitalista no me proporcionará en un futuro. Gracias, Bear Grylls.
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