Vergüenza

Una de las cosas que más me hace avergonzarme de ser español es la pervivencia de la tauromaquia. Me parece un crimen se mire por donde se mire. En el caso de las corridas de toros existe un cierto lirismo, un lenguaje, un arte... yo eso lo entiendo, también hay asesinos que tienen más estilo que otros y que llegan casi al nivel de arte. Y hay gente que les admira... incluso se les llegan a dedicar películas: Zodiac, Seven... Fago, El Solitario.

Bueno, si en el caso de las corridas de toros el crimen se puede envolver con el arte, hay otras expresiones atávicas de la España negra que no tienen ni siquiera esa excusa (que no disculpa). Es el caso del toro alanceado.

El toro alanceado de Tordesillas es la VERGÜENZA de toda España. Representa dos de las cosas que más me espantan de nuestra esencia como país: 1, la pasión por la sangre y 2, la chavacanería, la cutrez, la gañanada.

http://www.verguenza.es/

En Tordesillas existe la costumbre salvaje de alancear un toro hasta matarlo. El garrulo que lo mata se lleva como obsequio una lanza de hierro forjado y una insignia, gentileza del Ayuntamiento. Hasta hace unos años lo que se estilaba es que el victorioso GAÑÁN tuviera el derecho de arrancar los testículos al toro y mostrarlos orgulloso en el extremo de su pica.

Existen numerosas peticiones de grupos ecologistas para detener esta animalada. Conseguirlo sería solo un buen primer paso... porque lo suyo -entiendo yo en cuanto a persona no sedienta de sangre- es que se prohibiesen también el resto de festejos que tienen como base hacer sufrir al toro. Para empezar, las corridas de toros.

Del mismo modo que están prohibidas las peleas de perros, las de gallos, el tradicional despeñamiento de cabras desde los campanarios -que hasta hace pocos años no era inhabitual en muchos simpaticos pueblos de la geografía española- y demás ensañamientos.

Firma para detener esta barbarie: http://www.thepetitionsite.com/1/stop-torturing-bulls-in-tordesillas