Hay personas que habitan en nuestro mundo, en la vida real, y que, en efecto, son personajes en la segunda acepción del término. Solemos pensar que son seres absolutamente negativos y que no podremos sacar nunca nada positivo de nuestra forzosa relación con ellos. Más bien todo lo contrario: nos joderán la vida en cuanto tengan la más mínima posibilidad para poder hacerlo.
Excepto en esto último, nos equivocamos en todo.
Tengo un amigo que tiene un superior que es todo un personaje en la segunda acepción del término. Mi amigo estaba bastante amargado hasta que el otro día llegó a una brillante conclusión:
"Si alguna vez decido escribir una novela, él será un personaje en ella. No tendrá, por supuesto, un papel protagónico, ni siquera como antagonista, porque, por su caracter extremadamente abyecto, sería imposible situarle en el centro de la narración sin que al eventual lector le entrasen náuseas, (Ignatius Reilly a su lado sería Mikael Blonkvist), pero si que haría un excelente papel de secundario innecesariamente cruel que introduciría una gran tensión dramática en la narración. Obviamente, como la mayoría de elementos que generan suspense en las novelas, se terminaría quedando en nada. La crítica alabaría mi inventiva y el gran cuidado puesto a la hora de definir un carácter tan asqueroso y retorcido para un personaje meramente colateral y que termina desapareciendo sin pena ni gloria y para siempre al pasar unas cuantas páginas".
4 comentarios:
Me ha gustado mucho esta entrada pero tengo una sospecha. Si bien es cierto que tienes algún amigo que ha de aguantar a jefes insólitamente hijos de puta (doy fe)no se por qué me da que no estás pensando en ningún amigo en concreto...
Hombre, tiene bastante de fabulación la historia... pero sí, ese amigo en cuestión existe, pero, por su seguridad es mejor que no le pongamos nombre.
¿Por qué necesariamente se debe emplear como adjetivo descalificativo?, no estoy de acuerdo contigo, se puede emplear en término coloquial cuando quieres decir que alguien es curioso, diferente, incluso excéntrico pero en ningún momento con intención ofensiva, exceptuando al jefe de tu amigo que como bien dices sería un personaje pero de novela, para personas de ese tipo emplearía otro tipo de apelativo.
Claro, personaje se puede enmplear como adjetivo en muchos contextos. Yo me refiero en concreto a los contextos descalificativos y al amplio rango que permiten.
Este texto se me ocurrio porque me vino a la cabeza, sin venir a cuento absolultamente de nada, de repente, la imagen de un bakala en alguna zona de copas en la que habré estado alguna vez llamándole a otro "PERSONAJE" con el más absoluto asco y desprecio, como si fuera lo peor que le pudiese llamar en ese momento, como si el otro le hubiera hecho algo extremadamente grave, como tirarse a su novia, o a su madre, o a ambas a la vez...
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