El pasado fin de semana, la imagen de Francisco Camps, presidente de la Comunitat Valenciana conduciendo un Ferrari en el que también estaban montados Rita Barberá, Fernando Alonso y el director de la Scuderia Ferrari. Parece el chiste ese de ¿quien conduce?, pero no, no era la policía. Era Paco Camps.
La foto desató una gran polémica, porque, para empezar, mientras se la hacía Camps, el resto de líderes regionales del PP excepto Esperanza Aguirre estaban en una cosa bastante más seria, un congreso del partido... y luego, porque, bueno, resultaba divertida al mismo tiempo que de una obscena desfachatez, teniendo en cuenta la afición de los líderes del PP valenciano por los coches deportivos y los dolores de cabeza que ésta les ha traído.
Un par de semanas antes, el servicio de prensa de la Comunidad de Madrid, hizo circular entre los periodistas otra foto que también tenía un pequeño detalle desafortunado y divertido a partes iguales.
La imagen es de la presentación en Italia de una muestra de cine producido en Madrid y en ella, de izquierda a derecha, tenemos al gran Álex de la Iglesia, cineasta y director de la academia de cine, a la no menos genial Carmen Maura y a Ignacio González, vicepresidente del gobierno autonómico de Madrid, gobierno para el que no tengo adjetivos que no rebasen la línea entre libertad de expresión y el delito de injurias.
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