Dijo algunas cosa jugosas. Para empezar por el final, lo más interesante fue el turno de preguntas.
Preguntado por la inmigración, se mostró favorable de endurecer la política de reagrupación familiar porque los familiares de los inmigrantes no producen y se benefician de los servicios públicos. Además abogó por permitir el acceso a inmigrantes sólo si venían con contrato de trabajo, argumentando que la población inmigrante, así en general, "es gente que vive muy al día, que ha comprado una vivienda con una hipoteca... y si ahora viene un momento económicamente malo, la situación se va a complicar".
También en el turno de preguntas Rajoy tuvo que aguantar la bronca de sendos catalanes que, sintiéndose "catalanes y españoles", estaban hartos de que el PP azuzase el enfrentamiento contra su Comunidad Autónoma para ganar votos en el resto del Estado.
Al hilo del tema que había venido a tratar, remarcó la vigencia de la Constitución de 1978, de la que sólo haría modificaciones parciales. Como la necesaria para que pueda heredar la jefatura de Estado la princesita Leonor. Por supuesto, las palabras "reforma electoral" no se escucharon juntas.
Aventuras las justas. Memoria histórica, mal. Nuevos estatutos, mal. El líder popular vino a decir que valía ya de cuestionarse en qué consistía España. Que esto es una monarquía parlamentaria y punto pelota; no un sistema federal. Y que España es "la nación más antigua de Europa" y todo eso.
http://www.elpais.com/articulo/espana/Rajoy/contente/todos/nadie/mismo/modelo/todos/elpepuesp/20080724elpepunac_28/Tes
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Ahora, voy a dar mi opinión sobre esto último.
PAÍS RARO
En general, a Rajoy se le veía ayer y se le ve siempre como un ser eternamente fastidiado por que España no pueda ser "un país normal", como los demás. "Por qué no podemos ser como Francia, Italia o Alemania", se pregunta, con la mirada perdida en el horizonte y dando pasos en círculo con las manos enlazadas detrás de la espalda.
Él no lo sabe, pero al mismo tiempo, Carod e Ibarretxe se hacen la misma pregunta con el gesto taciturno. "¿Por qué no...?", se interrogan, torturándose. A ellos les fastidia igualmente que Cataluña y Euskadi no puedan ser países normales... es decir, Estados-nación.
La terrible realidad es que ni lo son ni lo serán jamás. España no es un país normal. Y las llamadas nacionalidades históricas tampoco son países normales. A estas alturas de la película, habría que empezar a asumirlo, hombres de Dios. Y, además, hacerlo con un poco de alegría, porque ¿quién dijo que la normalidad fuera buena?
Lo de que España sea la nación más vieja de Europa que dice Rajoy es simplemente mentira cochina. La Spania de los visigodos no vale como antecedente por muchos motivos, pero sobretodo por falta de continuidad: se acabó en el año 711. Me cuesta creer que un hombre de educación tan sólida como Don Mariano no lo sepa.
Luego, en el siglo XV, cuando ya existían Inglaterra, Francia, Islandia... hubo unificación entre las Coronas de Castilla y Aragón. Eso puede decirse el comienzo de España, claro que sí... pero siempre que no nos olvidemos que fue una unificación dinástica y que las coronas de Aragón y Castilla mantuvieron hasta el siglo XVIII, con la llegada de los borbones, bastante intacta su independencia institucional. Que en el caso de Navarra, duró aún más, en forma de régimen foral.
Podría seguir... pero es que es un lío. ¿No? La historia de España es muy complicada. Es una historia complicada y azarosa... desventurada muchas veces. Propia de un país que (pa' lo bueno y pa' lo malo) no es normal .
"El Estado español alberga más de una nación", dicen los nacionalistas periféricos. Vale. OK. Pero, Cataluña, por ejemplo, también alberga más de una nación. Cosa de la inmigración, de mezclarse durante tanto tiempo.Lo suyo sería asumir todo esto y actuar en consecuencia: aprenderse las tres genealogías de reyes cristianos, más la dinastía nazarí. Pero, es que la historia es un rollo... y más si es la historia de un país tan raro. Un país con países dentro... Así que es más fácil es que los niños estudien sólo a Felipe II con Rajoy; a Jaume I el Conqueridor con Carod y a Sancho I de Navarra con Ibarretxe.
Pero el día que estemos interesados en crear una España en la que todos estemos agusto, no habrá más remedio que estudiarse esas tres dinastías medievales -castellana, navarra y aragonesa- como tres dinastías de monarcas de este país que son.
O eso, u olvidarse de tanto rey viejuno... y proclamar la república.
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