"Israel no necesita la paz y mientras ésta no sea rentable no la buscará". La frase es del periodista Ramón Lobo, está sacada de su blog. Naomi Klein, en 'La Doctrina del Shock' viene a decir lo mismo: Israel, gracias a sus aliados occidentales, ha creado un negocio a partir de la Guerra. La guerra le viene bien a las compañías que se instalan en el terreno palestino ocupado y montan, por ejemplo, invernaderos; pero también a las numerosas empresas de seguridad y de industria militar israelíes. La guerra es una oportunidad de negocio.
Normalmente la paz suele traer la prosperidad económica, pero el Estado de Israel se las ha ingeniado para que se invierta la norma general. Son los estadounidenses y los europeos, los aliados de Israel, los que deberían encarecer el precio de la guerra para forzarles al compromiso.
En su blog, Lobo también habla de la reducción del Otro a mera estadística, que es lo que hacen todos los bandos cuando hay una guerra, lo que hacía Stalin cuando (apócrifamente) decía "la muerte de un hombre es una desgracia, la muerte de millones, estadistica" y es lo que hace el Embajador israelí en España, Raphael Shultz, cuando, preguntado por el asesinato a sangre fría de activistas desarmados en misión humanitaria, una violación flagrante de la legalidad internacional, responde (según cita El Mundo) con lo siguiente: "A bordo iban 600 personas y murieron 10, no hubo desproporción".
Es una barbaridad decir una frase así... y el caso es que ningún otro medio de comunicación parece haberse hecho eco de la misma, lo cual me hace pensar en la conocida imaginación creativa de los jefes del diario El Mundo. Desde luego, si lo dijo así tal cual, sería como para contestarle: "Hombre, Nicolas, eso lo dices porque tú no estás muerto".
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